viernes, 2 de febrero de 2024

Lo que hay fuera del mapa.


I.

Sí sabemos, en el fondo, lo que hay fuera del mapa.

Lo sabemos, pero preferimos no decirlo.

Y elegimos, en este sentido, fingir ignorancia.

Luego de esto, observamos el mapa como si observásemos el mundo.

Como si no hubiese nada más, me refiero.

Es entonces cuando, hablando de nosotros mismos, apoyamos la punta de nuestros dedos en él.

Y se escuchan las palabras “recorrido”, “viaje”, “lugar de inicio” y otras mentiras similares.

De esta forma, actuamos como si realmente estuviéramos seguros de qué somos.

De dónde venimos.

Y -de vez en cuando-, hacia dónde vamos.



II.

Si lo piensas, uno mismo está -indudablemente-, fuera del mapa.

Piensen por ejemplo en una caricatura en que alguien posa un dedo sobre el mapa y el dedo -gigante esta vez-, aparece desde el cielo, justo sobre él.

Y claro, como esto no ocurre, por supuesto, puedo afirmar tranquilamente que existimos fuera del mapa.

Tranquilamente, tanto porque decimos la verdad, como por saber, en el fondo, qué es lo que hay fuera de este.



III.

Pueden negarlo, por supuesto.

Pero sí sabemos, en el fondo, qué es lo que hay fuera del mapa.

Sin necesidad de decirlo, incluso, pueden saberlo.

Dejando pasar la última línea, como si nada.

Y descubriendo que ustedes también, sin duda, existen más allá.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales