lunes, 10 de abril de 2023

Hay una hilera de casas en esa calle.


Hay una hilera de casas en esa calle.

Una hilera de casas como si fuesen cosas.

Cosas puestas en fila, unas al lado de otras.

Cosas que son casas, por supuesto, y todas similares.

Al menos en apariencia, ratifico, similares.

Ella, por cierto, vive en una de esas casas.

Yo la visito, de vez en cuando.

A veces, cuando estoy al interior de la casa, observo las cosas que hay dentro.

No en detalle, en todo caso.

Solo observo, sin establecer mayores distinciones.

Ni siquiera las cuento, de hecho.

Supongo que observo, simplemente, la naturaleza de cosas, de esas cosas.

Ella en tanto, se pasea entre las cosas y habla de vez en cuando de otros temas.

A veces, mientras habla, me acusa de no prestarle la atención suficiente.

Estás pensando en otras cosas, me dice.

En hileras de cosas, le digo yo.

Y tus palabras están atrás de esas hileras.

Ella ríe y me cuenta que a veces sueña también con hileras.

Pero no de cosas, sino de casas.

Como si las observase desde arriba, me dice.

Como un dron.

¿Sueñas con la hilera a la que pertenece esta casa?, le pregunto.

¿Qué casa?, me pregunta ella, a su vez.

Espero que sonría, pero no lo hace.

Nos miramos.

De todas formas, está bien.

Hay una hilera de casas en esa calle.

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