martes, 3 de mayo de 2022

No creas todo lo que dicen.


No creas todo lo que dicen.

Lo que dicen es tan tieso como un muerto.

Frío y tieso, más bien.

Por ejemplo, hoy descubrí que hay distintos tamaños de semillas de mostaza.

Puede parecer poco importante, pero lo cierto es que, por años, había escuchado que solo había semillas pequeñas, y ya ves.

Y es que hoy, encontré unas del tamaño de unos puños.

Tan grandes que ni siquiera parecían semillas.

No podían esconderse.

Tampoco podían plantarse, sin más, en cualquier sitio.

Ya ves como todos mienten.


No creas todo lo que dicen.

Hoy mismo, por ejemplo… escuché a hombres hablando del mundo.

De la pestilencia del mundo.

De la belleza del mundo.

Y hasta del fin inminente del mundo.

¡Todo en un mismo día!

Todo en un sector de no más de siete calles.

Y claro... uno camina entre ellos como si no fuese importante.

Como si cualquiera pudiese abandonar sus creencias en medio de la calle.

Ya ves como todos mienten.


No creas todo lo que dicen.

Eso fue lo que pensé entonces.

Y como llevaba las semillas de mostaza, y como estas parecían puños,
golpee con ellas a los dos que mentían, al hablar del mundo.

Al otro, en cambio,
le escondí una semilla en su bolso, sin que se percatase.

Y luego simplemente me fui del lugar,
con las manos vacías.

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