lunes, 2 de mayo de 2022

Buena es la oscuridad para dormir.


Buena es la oscuridad para dormir.

Pero dormir, sin embargo, no es necesariamente bueno.

Necesario sí, pero no todo lo necesario es bueno.

Eso es algo que aprendí poco después, de que fuese demasiado tarde.


Durante seis meses, ente tanto, dormí con la luz encendida.

Debido a eso, un doctor me habló de la pituitaria, pero no escuché.

Y es que escuchar no necesariamente es bueno, le dije aquella vez.

Y entonces él exigió argumentos que, por mi parte, preferí no entregarle.


Seguí durmiendo con luz, luego de eso, para espantar los sueños.

En parte, porque aprendí que la luz oculta los sueños, en medio de la noche.

Escribí incluso esa frase, aquella vez, y le agregué un complemento:

De la misma forma en que la oscuridad no deja ver el mundo, en la vigilia.


Así y todo, podía aceptar ciertas cosas (contrarias) como ciertas.

Y solo me convencía a mí, con mis palabras.

Por eso, supongo, a los muertos los dejan bajo tierra, me decía.

Y seguía entonces construyendo con mis restos, mi propio aprendizaje.


Lo anterior, aclaro, lo digo sin orgullo de por medio.

Y es que estoy seguro, por supuesto, que usted también aprende cosas.

Qué oscurecer, qué iluminar y otro sinfín de aprendizajes...

Ojalá al menos, en su caso, todavía sea tiempo.

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