domingo, 6 de marzo de 2022

Lo convencieron de hacerse acupuntura.


Nos contó que lo convencieron para que se hiciese acupuntura. No sé bien con qué argumentos, pero lo cierto es que asistió al menos a la primera sesión. En una camilla, tras una larga explicación y la observación de dos videos con testimonios de pacientes, comenzaron a llenarlo poco a poco de agujas, sin que experimentase mayores inconvenientes.

-No tenía dolores ni molestias, pero tampoco era algo tan especial -nos dijo-. Yo era un simple alfiletero, sobre una camilla. Nada más.

Fue entonces que, ayudado por la música del lugar, por su cansancio acumulado y por la comodidad de la camilla, él se quedó dormido, con las agujas todavía en su cuerpo, cosa que le habían advertido no ocurriese.

-Me dijeron que no durmiera, pero lo cierto es que me dormí igual -contó-. Recuerdo que soñé con un grupo de seres minúsculos que me habían atacado sin razón, como en esas imágenes de unos de Gulliver… O no sé si sin razón, pues en el fondo parecían molestos por mi indiferencia previa hacia ellos… o sea hacia la ignorancia que él tenía hasta entonces sobre la existencia de ellos.

Se despertó entonces bruscamente y, al parecer, la contracción que hizo al despertar y el cambio en la tensión de sus músculos, llevó a que las agujas se incrustasen rígidamente en él, haciendo difícil extraerlas y provocándole -según él-, agudos dolores.

-Exigí que me anestesiaran -agregó-. Que me dieran algo para dormir o cualquier cosa para evitar la sensación que me producía el retiro de esas agujas… De verdad fue espantoso… No he dejado de soñar con aquello desde que ocurrió.

-¿Sueñas que estás en la camilla y te retiran las agujas? -le pregunté.

-Más o menos -explicó-. Lo cierto es que sueño con esos seres minúsculos, de los que hablaba antes… sueño que lo que tengo enterrado son diminutos arpones, que sujetan con diminutas cuerdas y tiran de mí. Y en el sueño duele, sabes… pero de todas formas no siento que ellos tengan rabia o ánimo de venganza, hacia mí…. Más bien siento que quieren llevarme a otro sitio… no sé si bueno o malo, pero otro sitio…

-¿Y has visto o te imaginas ese sitio? -le preguntó otro de los que estábamos con él.

-No lo he visto -señaló-. Pero de cierta forma que es el sitio correcto... Que tengo una función en ese sitio… Suena extraño decirlo, pero supongo que siento que soy una especie de dios que ellos atrapan, para que regresa a su trabajo.

-¿Un dios? -le dije.

-Sí, pero sin mucho poder… o con más tamaño que poder -concluyó.

Luego se negó a seguir hablando del asunto.

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