lunes, 18 de enero de 2021

Ajeno.


Sabíamos que tenía problemas, pero siempre se veía tranquilo. Silencioso. No digo que me arrepienta y que debimos haberlo ayudado… Eso ahora lo dicen todos. Pero se veía tan calmado, tan ajeno a nosotros que esa era una acción que nunca hubiésemos considerado realizar. Todo el que ahora diga otra cosa está mintiendo. No se trata de ser malos o indiferentes. Solo intento ser honesto ahora que ya no hay vuelta atrás y llegan ustedes con preguntas que no sé bien hacia dónde se dirigen o qué pretenden. Además, si observamos la situación con detención nunca lo atacamos ni nada parecido. A lo más algún comentario del que él nunca se enteró y que tampoco buscaba hacer daño. Si me preguntan, yo creo que le ocurrió lo mismo que a un contador Geiger… de esos que miden la radiación de un lugar. El otro día lo veíamos en clase y se me ocurrió pensar eso. Cuando uno de esos contadores es expuesto a mucha radiación… a una radiación realmente excesiva, me refiero, arroja una lectura que tiende a cero… Con él yo creo que pasó lo mismo. Su actitud, su forma de existir incluso, tendía a cero. Nunca mostró otra cosa. Si quieren saber por qué no hicimos otra cosa pueden anotar eso. No buscar generar culpas y esas cosas. Además, están los problemas de nosotros… siempre se olvidan de eso. Nadie nunca habla de los problemas de nosotros… Por eso yo creo que somos así.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales