miércoles, 6 de noviembre de 2019

Si quiere pasar, pase.


I.

Si quiere pasar, pase.

Si quiere salir, salga.

El punto es que no huevee si su objetivo no es hacerlo.

No es una petición; son mis reglas.

Usted verá qué es lo que hace.


II.

Escribí lo anterior en un cartel y lo pegué en mi puerta.

Obviamente la dejé entreabierta.

Sin embargo, no faltó el hueón que leyó el cartel y golpeó la puerta.

No pensaba acercarme, pero escuché que alguien gritaba desde fuera:

¿Y si mi objetivo es huevear, qué hago?, preguntaba.


III.

Haga lo que está haciendo, debí decirle, pero en vez de aquello me quedé en silencio.

Sin hacer ruido y esperando a que se fuese, el dueño de esa voz.

Entonces pasaron unas horas y entró alguien por esa puerta.

Quise pasar y pasé, me dijo. Para estar más cerca de la verdad.

Yo no tengo verdad alguna, le dije, solo reglas, pero si quiere seguirlas son suyas. No hay problema.


IV.

A esa persona la siguieron otras, en los días siguientes.

Todas venían buscando algo, pero se conformaban con seguir reglas.

Sentían que las mías les daban libertad, según decían.

Faltaban otras, reclamaban, pero entonces, tras el reclamo, simplemente se iban.

Yo mismo, debo reconocer, estoy desde hace un tiempo funcionando de esa forma.

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