lunes, 26 de enero de 2015

Porque no sabes.


Porque no sabes. Porque en el fondo tienes miedo. Porque la noche está abierta. Porque el calor te aturde. Porque el pasto no salió. Porque las semillas se secaron. Porque el libro solo entregó palabras. Porque olvidamos los significados. Porque recordamos los nombres. Porque el tiempo pasa. Porque duele. Porque se pierde el rumbo. Porque a veces desesperas. Porque también está el cansancio. Porque te cuestionas el porqué. Porque tienes sed. Porque el corazón se agita. Porque no dormiste. Porque la gente y sus palabras. Porque nadie necesita. Porque pocos creen. Porque las cervezas están tibias. Porque las agujas se quebraron. Porque ellos mienten. Porque el gato atrapó un pájaro. Porque el dinero es una mierda. Porque estás solo. Porque trabajas con corbata. Porque se olvidan de los sueños. Porque se dejan estar. Porque se puede mentir. Porque del amor no se habla. Porque ese sitio está alambrado. Porque el amor no se vive. Porque hablan de sí mismos. Porque se detuvo el viento. Porque cuesta respirar. Porque lloras sin saber. Porque todos están solos. Porque olvidaron a Vonnegut. Porque no ves bien. Porque la iglesia está vacía. Porque se escuchan risas. Porque la música está alta. Porque levantas la cabeza. Porque observas la noche. Porque respiras hondo. Porque las estrellas no saben. 

1 comentario:

  1. Tanto porque dando vueltas y no nos damos la menor cuenta.
    Bonito párrafo; porque me revuelve la empatía.

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