I.
Otra cosa estúpida que me sucede es que me da risa
cuando observo a alguien pintar una pared.
No sé bien por qué me ocurre, pero es cierto.
Me he hecho consciente de esa reacción e incluso he
determinado que me da más risa cuando la pared es pintada blanca.
Asimismo, también he concluido que me da más risa
que la pinten con brocha que con rodillo.
Con todo, no se trata de una risa que venga a
manifestar alegría, sino más bien viene a revelar un tanto de nerviosismo e
inquietud…
Y claro… eso también es estúpido, por cierto.
II.
Una vez me pagaron por pintar una muralla.
Era la muralla externa de una casa, que daba hacia
una especie de terraza.
La dueña quería cambiar el color por otro que le
diese más ánimo.
Yo elegí una especie de azul.
Me gustó tanto aquel tono que incluso metí un pie
en el tarro con pintura.
Luego voltee el resto sobre el piso.
III.
Cansa ser observador.
Y de las observaciones, la que más me agota es la
de ver pintar alguna muralla.
De hecho, me cansa menos pintar y hasta intentar
limpiar el piso de una terraza para que no se manche con pintura.
Es decir, se trata de una sensación básica y estúpida, lo admito, pero es
sin duda una sensación propia.
Eso es siempre lo primero.
¡Cuánta cosa estúpida!
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