martes, 16 de septiembre de 2014

No le digas que hablamos.



J. tiene una expresión afligida. Se ha juntado con F., su amigo, tras llamarlo en medio de la noche un día cualquiera. J. y F. no se veían hacía varios años.

Esta es una versión un tanto resumida de lo que hablaron en su encuentro.

Primero habla J., luego F.


-¿Querías verme?

-Sí…

-¿Qué pasa…? ¿Algún problema?

-Sí, varios… pensé que podías ayudarme…

-Mira, si es por dinero estoy re complicado, yo…

-No, no se trata de eso… es que he tenido problemas de ánimo… o sea, ya sabes… típicas preguntas sobre el sentido de las cosas y…

-Espera… ¿Me buscas a mí para eso?

-Sí.

-¿Y por qué a mí?

-Bueno, ya sabes… tú atiendes pacientes, cierto… pensé que podrías ayudarme…

-Pero soy dentista, hueón.

-¿Dentista?

-Sí…

-Chucha, me confundí.

-…

-Bueno, pero igual atiendes pacientes, ¿no?

-Sí, pero…

-Y además ves bocas todo el tiempo… y mi problema es con las palabras, después de todo… ¿Y es de la boca de donde salen las palabras, no es así…?

-No creo…

-¿Qué cosa?

-Que tengan que ver… las palabras vienen de más adentro.

-Pero el sabor se siente en la boca.

-¿Qué sabor?

-El de las palabras… o sea, ese es mi problema, en concreto… o se traduce en eso, al menos, si quieres…

-¿Tu problema se traduce en el sabor de las palabras?

-Sí, más o menos… o sea, en cierto sabor desagradable que dejan algunas palabras cuando las digo…

-¿Qué palabras?

-Palabras po, hueón… en general… pero sobre todo algunos nombres, algunas sensaciones incluso, cuando quiero nombrarlas…

-Estás mal, hueón…

-Tú ves bocas todo el tiempo, cierto… O sea, me refiero a que exploras el agujero ese por donde salen las palabras y…

-No exploro… trabajo con los dientes, nada más…

-Sí, pero…

-No sigas, hueón… no puedo ayudarte… nunca pude, de hecho…

-Pero si nunca te pedí ayuda antes.

-Siempre lo hacías. Venías con M. todo el tiempo… ella no lo pasó bien en ese tiempo… ¿acaso no recuerdas?

-Recuerdo, pero eso no te da derecho a haberme quitado a M.

-Así que ese es el punto.

-...

-Escucha: no te quité a M. Simplemente pasó que ella te dejó y meses después comenzamos a salir, nada más…

-¿Está contigo?

-Sí. 

-...

-Vivimos juntos hace un par de años.

-¿Ella está bien?

-Sí… estamos bien.

-…

-…

-No le digas que hablamos, ¿de acuerdo?

-No. No voy a decirle.

-Gracias.

-Sabes… tengo un amigo siquiatra, quizá el…

-No. No hay cuidado. Preocúpate de ella, no más… aunque sea de sus dientes…

-…

-No le digas que hablamos, acuérdate…

-Ok. No le digo.

-Hasta pronto, entonces.

-Ok. Hasta pronto.

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