-Es fácil, mira… tú tiras el palo y él lo recoge…
-¿Cuál palo?
-Da lo mismo… uno que él pueda recoger con el hocico y traerlo de
vuelta.
-¿Puedo probar?
-Claro… para eso te explico.
-…
-´Toma… Lanza este, si quieres.
-De acuerdo… Allá va…
-¿Lo ves…? Va por el palo… Ahora te lo trae…
-¡Es cierto…! ¡Lo trajo!
-¡Lo ves…! Es un animal fantástico.
-Sí… es cierto.
-Claro…
-…
-…
-¿Y ahora?
-¿Ahora qué?
-¿Qué hago ahora con el palo?
-Nada… o sea, lánzalo de nuevo.
-De acuerdo... Allá va
-¿¡Lo ves…l? Ya está aprendido.
-Sí…
-…
-¿Y ahora?
-Adivina.
-¿Lo vuelvo a lanzar?
-Tú lo has dicho.
-Bueno…
-…
-…
-Ya, todo muy bien… ¡Ahora lánzalo aún más lejos…!
-Mmm…
-¿No vas a hacerlo?
-No… Es que…
-¿Sabes cuántos niños agradecerían por tenerlo a él devolviéndole
aquello que lanzaran?
-Sí, pero ya lo ha traído y además…
-¿No lo quieres?
-Sí, pero…
-¿No quieres jugar con él?
-Sí…
-¡Vamos, entonces…!
-Ya, bueno…
-Así me gusta… además él necesita ejercitarse…
-¿Estás segura que le hace bien…?
-Por supuesto… de eso se trata…
-¿Y cómo sabes tú que…?
-Espera. Yo ya dije lo que tenía que decir y tú lo tuyo. Si quieres
lanzar lanza, si no, no. Cómo sea, no
creo que tengas otro plan, después de todo…
Ya comenzó a entrenarlo también a él!
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