-¿Una cerveza?
-Sí, claro, ¿pero quiero saber quién paga?
-Tranquilo, paga M., no te preocupes.
-No me refiero a eso…
-¿Cómo…?
-Suponiendo que paga M., ¿quién paga realmente…?
-¿Llegaste borracho?
-Sí, algo… pero el punto es otro…
-No te entiendo.
-¿Dónde trabaja M.?
-Hace unas asesorías, en el Ministerio… y creo que está abriendo una
editorial…
-¿Una editorial?
-Sí, con F. y R., de la facultad… no sé si te acuerdas…
-¿Y qué piensan publicar…? ¿Sabes algo?
-Los escuché hablar sobre unas antologías para vender en colegios…
postularon a unos fondos y parece que les fue bien…
-No acepto.
-¿Qué cosa?
-Que me pague la cerveza.
-¿La historia de siempre?
-Sí. La de siempre.
-¿No vas a tomar entonces?
-Sí, pero de ahí veo cómo pago…
-¿Te invito yo?
-Menos...
-…
-Ya sabes, si pagaras tú sí, pero en el fondo paga esa empresa de
mierda…
-¿Va a hacer como la última vez, entonces?
-¿A qué te refieres?
-A no permitir que te paguen y terminar peleándote con los del local…
-No fue una pelea… solo me dejé dar unos golpes, como pago…
-No fueron solo unos golpes… acuérdate…
-Es que me gusta dejar propina.
-¿Repites la historia, entonces?
-No sé… ahora solo quiero una cerveza…
no ensuciarme con el dinero de nadie…
-Igual eliges otras formas de ensuciarte…
-Quizá, pero las menos sucias, creo yo.
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