“El ganador no se lleva nada.
El hombre está hecho para la derrota”
Ch. B.
Usted verá.
Las apuestas están hechas.
Nadie gana nunca nada.
Por lo mismo, la cuestión es más bien perder con estilo.
Salir despacito por la puerta de atrás.
Irse sin despedirse de nadie.
Apagar las luces cuando estén borrachos.
En mi caso, yo lo vengo ensayando hace tiempo.
Observo rostros.
Borro cuando nadie ve, mis propias huellas.
Y hasta escribo otros nombres, bajo mis palabras.
Estoy preparado para eso.
Mis bolsillos están vacíos.
Cada vez más, espero menos de los otros.
Y así se pasó el tiempo.
En síntesis: mis apuestas fueron constantes, pero débiles.
Y es que una vez escuché a alguien que lo dijo:
Todos mis sentimientos llegaron a
mí prefabricados.
¡Cuánto tiempo…!
Yo entonces escuchaba y esa voz me era ajena.
Hoy me duelen, sin embargo, esos mismos sentimientos.
Puede que usted no lo entienda.
Puede que usted incluso se moleste.
Pero lo cierto, es que la cosa es más o menos simple:
A veces la ropa limpia se mezcla con la sucia.
…
No es terrible ni grandioso.
No es nada más que un hecho, si se piensa.
Después de todo, ni siquiera el caballo que ganó, comprende su triunfo.
Usted verá, si comprende.
Pensamientos duros, que entristecen...
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