No podría haber sido jardinero.
De chico, por ejemplo, me era difícil arrancar la
maleza.
Crecía en el patio, recuerdo, y entre los
pastelones de la vereda.
Entonces me mandaban a arrancarla.
Recuerdo que me explicaban que la sacara de raíz,
no cortarla, simplemente.
Deben haber pensado que fallaba por pereza, o que
no seguía bien las instrucciones, pero lo cierto es que me agradaba observar que
quedase un poco de raíz, al menos, y verla crecer nuevamente.
Siempre fue así.
Nunca la arranqué totalmente.
Pensé que lo haría, con el tiempo.
Pensé que uno cambiaba y maduraba o como fuese que lo llamasen.
Aún no soy capaz de hacerlo.
No es bondad, sin embargo, lo que me mueve.
Tampoco lo veo como resultado de una virtud.
No se trata de una alabanza a mí mismo.
Se trata de algo que sinceramente no comprendo.
Que no comprendo y me afecta, sin embargo.
Así, si fuese Dios mi cólera aún no estaría lista.
Supongo que creo demasiado en posibilidades
remotas.
No en que el malo
se vuelva bueno, no se malentienda.
Ocurre más bien que no creo en el malo.
No creo en la maldad.
Sí en el daño.
Tal vez un día, pero hoy no.
No es evasión.
Cuesta y duele no hacerlo.
No arranco la maleza.
.."Así, si fuese Dios mi cólera aún no estaría lista."... una frase que resume todo.
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