*
En una pequeña catedral.
En una pequeña catedral europea.
Un ratón agnóstico, soñó con Dios.
En el sueño el ratón.
En el sueño el ratón europeo.
Se comió las hostias benditas, antes de despertar.
Entonces el sacerdote.
Entonces el sacerdote europeo.
En el recipiente de las hostias, descubrió al ratón.
Lanzó el cura una maldición.
Lanzó el cura una maldición europea.
Palabras como pelotas de goma, rebotaron por la catedral.
Coro:
Oh, mi buen Dios.
Oh puto ratón que no sabes lo que haces.
Oh puto… Oh ratón… Oh Dios…
Oh mundo ajeno, en que vine yo a caer.
*
El pueblo fuera de la catedral.
El pueblo fuera de la catedral europea.
En fila sobre la nieve, espera el calor de Dios.
Costumbres extrañas.
Costumbres extrañas europeas.
El ratón come por hambre y la hostia se deja comer.
Las maldiciones del sacerdote.
Las maldiciones del sacerdote europeo.
Botan una cruz y quiebran un vitral, en la catedral.
Por último el ratón.
Por último el ratón europeo.
Se atreve a decir una palabra, y la canción cambio.
Coro:
Oh, mi buen Dios.
Oh puto ratón que no sabes lo que haces.
Oh puto… Oh ratón… Oh Dios…
Oh mundo ajeno, en que vine yo a caer.
**Nota: La canción, luego de la última estrofa debe
alterar sus palabras, especialmente sustantivos. Cambiando de orden, sustituyendo
unas con otras, proponiendo nuevos sentidos, solo permitidos como un juego, y que
no pueden tomarse como una ofensa directa, para la comunidad religiosa.
Esto sucede con otra copla en cualquier catedral o edificio dedicado al culto, el que sea, de resultas resultó que a la barriga del ratón le sentó bien el dios, peor es el hambre.
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