lunes, 17 de junio de 2013

Pinocho, metafísico.


I.  

De puro ocioso mientras Geppetto duerme, Pinocho se pone a jugar frente a un espejo.

Ese soy yo, dice.

Y su nariz crece.

Entonces, quién sabe si para restaurarla,  Pinocho agrega:

Este soy yo.

Pero su nariz vuelve a crecer.

¡Qué mierda…! exclama Pinocho, contrariado.

¡Qué mierda…!


II.

Geppetto sigue durmiendo, así que Pinocho vuelve a indagar.

Mira el espejo.

Mira su piel.

Mira sus dedos recién tallados.                                   

No hay sentido, dice.

Corazón de madera, dice.

Luego guarda silencio.

Piensa en rezar… no lo hace.

Su mente está vacía.

Una vez vio a Geppetto tallar un ataúd, exactamente de su tamaño.


III.

Nariz intacta.

Duerme Geppetto.

Pinocho juega como si fuese un niño.

Se golpea el pecho como si llamase a una puerta.

Toc, Toc, dice Pinocho.

Nadie abre.

Pinocho saca sus poemas, para esperar, pero no hay caso.

Mientras lee en voz alta, crece su nariz exponencialmente.

¿Qué mierda significa exponencialmente?, dice Pinocho, interrumpiendo.

Le responde una voz, que él no escucha.


III.

No vamos a morir, dice Pinocho.

Y observa.

Su mirada vaga por la habitación hasta dar con Geppetto.

El muñeco se queda en silencio.

Lo observa.


Geppetto no va a despertar, dice Pinocho, finalmente.


Dios miente, pero miente lindo.

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