"Y su voz había sonado
como la de un perdido"
C.L.
.
Tal vez necesito una pausa. Pero también es posible que esa pausa me derrumbe.
¿Qué hago entonces?
¿Le doy vueltas a una historia?
¿Dejo de enfocar otra vez el pilar débil que puede quebrarse y hacer que todo se venga abajo?
Sinceramente no lo sé.
Mejor comienzo simplemente siendo sincero:
Mi biblioteca es un caos. Un sistema en que la circulación se coagula y en el que el orden parece imposible pues no sé por dónde comenzar.
Aunque tal vez miento. Sé por dónde comenzar. El problema es que le tengo miedo a lo que viene después del orden, y en cierto sentido la felicidad me asusta. Es la única explicación que tengo.
Y es que da miedo reconocer que casi toda la carga está constituida en gran parte por las acciones o carencias de uno mismo.
No es que sea flojo, en todo caso. Hoy revisé pruebas y trabajos, por ejemplo, durante seis horas, pero prácticamente no veo un avance concreto.
Me falta una mano, una ayuda. Y me pesa estar solo. Esa es la verdad.
Y también es cierto que me cuesta seguir una dirección clara.
No quiero pedir nada. Y me gustaría no necesitar nada. Pero el juego que sigo me acerca cada vez un poco más al colapso y éste se aleja un poco más, y al final uno termina resistiendo mucho más de lo que creyó, y quizá daba reconocer que equivoqué la táctica.
Es como la historia del hombre que decidió un día dejarse morir y fue sorprendiéndose poco a poco al ver como su cuerpo resistía y no moría nunca.
Aunque claro, yo no quiero morir. No crean.
O tal vez el secreto es que una biblioteca no se puede ordenar estando solo. Y quizá por eso comencé a escribir acá y todo aquello de orden que iba a hacer y que se reveló imposible, era en realidad un llamado para que me ayudaran a ordenarla.
Pero no estoy seguro de eso, realmente.
Y claro, llegado a este punto, puede que la verdadera carencia sea eso que siempre dejamos de lado: sentirnos queridos. Y el error más grande no dejarnos querer y querer dar siempre, hasta lo que no tenemos.
Cuando pequeño, por ejemplo, yo quería ser bueno, y me costaba. Y es que era absurdo casi eso de “intentar serlo”, pues esto ya suponía una distancia y uno se complicaba… porque estaba consciente que esa distancia me alejaba de los que eran totalmente buenos. Esos que hasta sin quererlo lo eran, y les salía natural.
Por el contrario, siempre el querer estaba ligado a una serie de exigencias… y entre tanto querer dar y olvidarme de lo que verdaderamente necesitaba supongo que me fui convirtiendo en un pozo. Y como tal fui quedándome vacío. Y oscuro.
¿Suena terrible, no…?
Lo malo es que sin adornos es así. Y hoy no quiero adornos.
Ahora voy a levantarme y ordenar un poco. Y quizá haga algunas cosas más… de esas concretas como preparar un material para el trabajo, u ordenar las ropas para mañana… pero lo cierto es que será poco, pues sinceramente estoy cansado… y estoy bastante seco, como para ser pozo esta noche.
Disculpen, pero hoy no tengo nada de beber, para ofrecerles.
¿Qué hago entonces?
¿Le doy vueltas a una historia?
¿Dejo de enfocar otra vez el pilar débil que puede quebrarse y hacer que todo se venga abajo?
Sinceramente no lo sé.
Mejor comienzo simplemente siendo sincero:
Mi biblioteca es un caos. Un sistema en que la circulación se coagula y en el que el orden parece imposible pues no sé por dónde comenzar.
Aunque tal vez miento. Sé por dónde comenzar. El problema es que le tengo miedo a lo que viene después del orden, y en cierto sentido la felicidad me asusta. Es la única explicación que tengo.
Y es que da miedo reconocer que casi toda la carga está constituida en gran parte por las acciones o carencias de uno mismo.
No es que sea flojo, en todo caso. Hoy revisé pruebas y trabajos, por ejemplo, durante seis horas, pero prácticamente no veo un avance concreto.
Me falta una mano, una ayuda. Y me pesa estar solo. Esa es la verdad.
Y también es cierto que me cuesta seguir una dirección clara.
No quiero pedir nada. Y me gustaría no necesitar nada. Pero el juego que sigo me acerca cada vez un poco más al colapso y éste se aleja un poco más, y al final uno termina resistiendo mucho más de lo que creyó, y quizá daba reconocer que equivoqué la táctica.
Es como la historia del hombre que decidió un día dejarse morir y fue sorprendiéndose poco a poco al ver como su cuerpo resistía y no moría nunca.
Aunque claro, yo no quiero morir. No crean.
O tal vez el secreto es que una biblioteca no se puede ordenar estando solo. Y quizá por eso comencé a escribir acá y todo aquello de orden que iba a hacer y que se reveló imposible, era en realidad un llamado para que me ayudaran a ordenarla.
Pero no estoy seguro de eso, realmente.
Y claro, llegado a este punto, puede que la verdadera carencia sea eso que siempre dejamos de lado: sentirnos queridos. Y el error más grande no dejarnos querer y querer dar siempre, hasta lo que no tenemos.
Cuando pequeño, por ejemplo, yo quería ser bueno, y me costaba. Y es que era absurdo casi eso de “intentar serlo”, pues esto ya suponía una distancia y uno se complicaba… porque estaba consciente que esa distancia me alejaba de los que eran totalmente buenos. Esos que hasta sin quererlo lo eran, y les salía natural.
Por el contrario, siempre el querer estaba ligado a una serie de exigencias… y entre tanto querer dar y olvidarme de lo que verdaderamente necesitaba supongo que me fui convirtiendo en un pozo. Y como tal fui quedándome vacío. Y oscuro.
¿Suena terrible, no…?
Lo malo es que sin adornos es así. Y hoy no quiero adornos.
Ahora voy a levantarme y ordenar un poco. Y quizá haga algunas cosas más… de esas concretas como preparar un material para el trabajo, u ordenar las ropas para mañana… pero lo cierto es que será poco, pues sinceramente estoy cansado… y estoy bastante seco, como para ser pozo esta noche.
Disculpen, pero hoy no tengo nada de beber, para ofrecerles.
m...
ResponderEliminarque el pozo no se seque. Que no asuste ordenar la biblioteca, sólo u acompañado.
Estoy trabajando, no he tenido mucho tiempo, busqué meterme en mil cosas para hacer hacer y hacer, tal vez tampoco sea bueno... pero en eso estoy.
Nos resultó el viaje a ecuador, ya tenemos los pasajes, nos financiaron una parte desde allá y partiremos rumbo al norte el 8 de julio.
Espero el viaje me haga bien.
Muchos saludos. hablamos.-