martes, 5 de marzo de 2024

Solo la oreja izquierda


Una chica se acerca hasta mí y me entrega una navaja.

Es alta, por cómo está vestida podría pensar que se trata de una oficinista y le calculo unos 28 o 30 años.

-Solo la oreja izquierda, por favor -me dice, luego de entregarme la navaja.

Yo la observo, algo confundido, intentando recordar si la conozco de algún sitio.

-No entiendo lo que dice -le digo.

-Dije “solo la oreja izquierda, por favor” -señala.

-Entiendo eso -digo-. Lo que no entiendo es qué es lo que quiere que haga.

Ella se levanta el pelo que le cubría parcialmente su oreja izquierda e inclina un poco la cabeza.

-Quiero que la rebane de un solo corte me dice, desde atrás -indica con su dedo el movimiento que quiere que realice-. No es necesaria tanta fuerza pues se trata casi exclusivamente de cartílago.

Mientras la escucho permanezco en silencio, visiblemente asombrado.

-Sangrará mucho, es cierto -continúa-, pero luego dejará de hacerlo. No se preocupe, nadie muere nunca por el corte de una oreja.

No sé bien por qué, pero tras su explicación, observo cómo abro la navaja y doy un paso hacia la mujer, sin pensar realmente en lo que hago, pero moviéndome hacia ella igualmente.

-Una vez que corte le recuerdo que debe guardar la oreja -me dice-, puede buscar qué hacer en internet para que el tejido no se recoja y conservar la forma del cartílago… Y aléjese rápidamente para que no llame demasiado la atención, yo intentaré ocultar el sangrado y no hacer gestos de dolor hasta que usted se haya alejado.

-¿Por qué hace esto? -le pregunté, mientras sostenía su pelo con una de mis manos y con la otra acercaba el filo hasta su piel.

-Usted es quién lo hace -me dijo-, siempre hace las preguntas en la dirección equivocada.

Tras escucharla, consideré que era cierto.

Luego alguien lanzó un grito.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales