jueves, 21 de marzo de 2024

Razón.


A veces no soy.

O casi no soy.

Apenas un campo de fuerza, es lo que soy.

Una barrera que protege algo que no es.

Y que lo protege débilmente, por cierto.

Y lo protege de nadie.


Esto no es nuevo, en todo caso.

No es nuevo, pero lo descubrí hace poco.

Lamentablemente lo descubrí hace poco.

Ya saben, deteniéndome un tanto y fijándome en mí.

Y percibiéndome entonces apostado en otro sitio.

Obligado a proteger eso que soy: algo lejano.


¿Por qué un campo de fuerza?, me digo entonces.

Pero mi decir, ahora, es inútil.

Y es que la voz de mi voz no me llega.

O no la digo. O no la oigo.

Después de todo, solo soy un campo de fuerza.

Uno que no sabe en el fondo qué protege, ni de qué.


Donde estoy, detengo al viento, como un cuerpo.

En ese sentido, si lo pienso, no soy tan distinto a un cuerpo.

La ausencia, sin embargo, es evidente cuando se trata de mí.

Cuando comprendo que no estoy.

Cuando comprendo que no sé.

Y cuando concluyo, entonces, que soy apenas un campo de fuerza.


Si es que soy, eso es lo que soy.

No es que me conforme, pero lo acepto.

Me resigno a ser un signo, podría decir, bromeando.

¿Crees que tengo razón?

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales