jueves, 27 de mayo de 2021

Un crítico de cítricos.


Conocí a un crítico de cítricos.

Parece trabalenguas, pero es cierto.

O al menos así se presentó.

Era portugués, según nos dijo, y vivía de eso: analizando cítricos.

Estaba en una plaza, paseando un perro pequeño, que se llamaba Limonada.

Creo que fue a raíz de eso, que nos reveló su profesión.

Recorría por lo general diversas partes del mundo visitando plantaciones de cítricos.

Llenaba fichas, mandaba hacer estudios de suelo y colaboraba con otros especialistas que vendían sus informes a distintas compañías, principalmente alimenticias y de licores, que al parecer pagaban bastante bien por sus servicios.

Había venido a Santiago para probar un tipo de naranjas que se estaba produciendo en un predio de Colina, e iba a aprovechar de analizar unas plantaciones de limones en el Cajón del Maipo, encargada por una viña nacional.

-Si quieren puedo mostrarles algunas fotos -nos dijo.

Nosotros aceptamos.

En lo personal, pensé que nos mostraría fotos de plantaciones y de lugares exóticos donde se producían algunos cítricos.

En vez de eso, nos mostró un gran número de imágenes, en los que se veían simplemente una única fruta, apoyada sobre una de sus manos.

-Este es un pomelo que se da en la Guyana Francesa -nos dijo-. Lo venden directamente a una pastelería de lujo, en Francia.

Luego nos mostró limones de Etiopía, naranjas de cierta región de Pakistán, una lima de Escocia, un tipo de piña de Ecuador… y otras decenas de imágenes que vi estoicamente, mientras Limonada jugaba con los cordones de mis zapatillas.

Cuando comenzó a oscurecer, dejó de mostrarnos fotos y guardó su celular.

Me preguntó en que trabajaba y yo dije que era profesor, pero no pareció llamarle demasiado la atención.

Luego nos despedimos, simplemente, y nos deseamos suerte.

Cuando fui a despedirme de Limonada, ella me mordió la mano, aunque no me hizo mayor daño.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales