sábado, 29 de mayo de 2021

Nadie dijo que iba a ser fácil.


Nadie dijo que iba a ser fácil.

Bueno… nadie dijo nada en realidad.

Todo fue ruido, simplemente.

Murmullos.

Una especie de silencio sucio, tal vez.

Gastado.

Poco más.

Así es como ocurre, a fin de cuentas.

Así es como siempre ocurre.

Nunca nadie dice nada.

No me quejo, por cierto.

Solo constato algunas impresiones.

Me centraré en una, a continuación.

Trataré de explicarla:

“Hacemos ruidos unos junto a otros.

Como máquinas, tal vez.

Como máquinas encendidas sin un propósito claro.

Amables máquinas, en el mejor de los casos.”

Esa fue mi explicación, por cierto.

No da para mucho más.

Ni si quiera el sonido del mar es lo suficientemente honesto.

Esos falsos poetas que fingían contemplarlo bien lo saben.

Falsos hombres, en verdad.

Falso mar.

Palabras poéticas, doblemente falsas.

Puede parecer que exagero, pero no es así.

Ya dije que solo doy mis impresiones.

Y es que el único ruido honesto,
he aprendido,
es el de las cosas cuando caen.

O el de los cuerpos, cuando caen, más bien.

Esa es mi impresión, al menos.

Y esa es mi forma, también, de hacer ruido.

Desde ya pido disculpas si a alguien le molesta.

Prometo retirarme, prontamente, al silencio absoluto.

Amable y en silencio, en todo caso.

Nadie dijo que iba a ser fácil.

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