domingo, 16 de mayo de 2021

Formas de honestidad (1)


No es que no sea honesto. No es eso. Ocurre simplemente que he descubierto distintas formas de serlo, sin tener que contar la verdad. Sin necesidad de recurrir a ella, me refiero, pero sin ocultarla conscientemente, ni reemplazarla por algo falso. Sin tener que reemplazarla -me corrijo-, por algo deliberadamente falso.

Sigo siendo honesto, entonces. Igual de honesto que siempre, aunque no lo parezca. Mis temas y mi mensaje es el mismo, digamos. O si ha cambiado, se debe simplemente a que lo que antes me parecía verdadero, ahora me parece verdadero, pero de otra forma. O tal vez, ocurre simplemente que eso verdadero ha cambiado de lugar. O que yo apunto a otra dirección, y no lo miro ya de frente. No es que no sea honesto, en resumen. Ya les dije que lo soy, solo que de otra forma.

Sí, es eso. Sigo siendo honesto, pero se me nota poco. Mis emociones se distribuyen por canales distintos a los de antaño. Mis palabras se alejaron de la fuente y mi piel se ha vuelto un poco más dura, con el tiempo. He aprendido a llorar y reír de formas distintas. A trabajar, incluso, de una manera que no hubiese creído posible. Ocultando afectos. Dejándolos reposar tras acciones que parecen absurdas cuando se desligan de ellos. Y es que no saben quién soy.

No es que lo oculte, en todo caso. Ya les dije que soy honesto. No me muestro como otro. Solo ocurre que no me interpreto a mí mismo y supongo que a pocos le importa. No me extrañan, digamos. Es imposible que me extrañen pues no me conocieron. Lo que pueden ver -si ven-, son acciones, simplemente. Y tal vez un poco de cansancio. Agotamiento.

Soy yo, en definitiva, pero de una forma distinta. Comprenderán, lamentablemente, cuando sea tarde.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales