sábado, 1 de mayo de 2021

Las cosas como son.


I.

-Las cosas como son -me dijo.

-De acuerdo -dije yo-. Pero no te conviene en lo absoluto.


II.

Lo peor es imitarse a uno mismo, dijo entonces.

A uno que ya no es, que se quedó atrás.

Hemingway, por ejemplo.

¡Hemingway y tantos otros…!

Tú debieses saberlo.

Lo peor es imitarse a uno mismo.


III.

Suena bien eso, dije yo, pero la verdad nunca suena bien.

Hay que desconfiar de lo que suena bien.

Y un poco también de lo que suena mal.

Puedes decir lo que quieras.

Exagerar lo que quieras.

No conoces el nombre de este mundo.

No sabes lo que son las cosas.

No te conviene saberlo en lo absoluto.


IV.

No es que me explique mal, me dijo.

Puede parecerlo, pero no es así.

Lo que ocurre es que solo comprendes lo que quieres comprender.

Prefieres no ver la forma de las cosas.

¿Otras formas de decirlo?

Aquí van:

Juegas siempre con objetos difuminados.

Nada es fijo en tus palabras.

No crees en los bordes.

Tienes miedo de hablar con palabras certeras.


IV.

No tengo miedo, señalé.

Lo que tengo es piedad del mundo.

Piedad de lo que muere sin comprender.

Sin oportunidad de comprender.

Pudiste hacerlo y no quisiste.

Ambos perdimos, como siempre.

Ahora te deshago y me deshago.

Te pongo fin.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales