miércoles, 12 de mayo de 2021

El burro que toca una flauta.


¿Te acuerdas?

La fábula esa en que un burro toca una flauta.

Pues algo así es todo esto.

Tal vez ni siquiera era una fábula, pero supongo que te acuerdas.

Y hasta reconoces, si te sinceras, que has tocado la flauta alguna vez, como ese burro.

Pues bien… no te sientas mal.

¡Todos lo hemos hecho!

Conciertos enteros, algunos, que no quisieron moverse de ese sitio.

Vidas enteras, incluso, en que no se atrevieron a cambiar de sitial.

Del lugar donde creyeron encontrar, su talento.

Del lugar donde no convenía salir, para no arriesgarse.

Y donde fueron admirados, por otros burros que se detuvieron a mirar.


¿Te acuerdas?

¿No te acuerdas…?

Pues todos fuimos burros.

Flautistas o espectadores, pero burros, al fin y al cabo.

Quien no lo fue abandonó el lugar y lo perdimos de vista.

Los otros, cuidamos nuestras flautas y nos amarramos a ellas, sin saber.

Estacionamos ahí y no las perdimos de vista.

Les pusimos hasta nombre.

Dios. Amor. Familia. Vocación.

¡Tantos nombres…!

¿Recuerdas tú cómo llamaste a tu flauta?

¿Recuerdas cómo sonó tu primera nota?

Si lo haces, intenta decirlo, por favor, para ayudar a construir esta historia.

O reconstruirla más bien.

Y es que a uno, se le olvidan con los años, ciertas cosas.

¡Vaya a saber uno, por ejemplo, si todo esto fue (o no fue) una fábula…!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales