viernes, 18 de octubre de 2019

Fiebre.


No hace tanto daño un poco de fiebre de vez en cuando. Hoy, por ejemplo, sin ir más lejos. Sé de lo que hablo. Dolor en el cuerpo. Sudor. Vómitos. Sin embargo, la fiebre desaparecerá y la temperatura volverá a ser la adecuada. Extrañamente, el cuerpo pareciera ser más cuerpo en medio de la fiebre. El dolor lo hace más presente. El sudor marca sus bordes. Los vómitos demuestran su necesidad de salir fuera. Pero entonces llegan inyecciones y alguien que comenta que deliras, pero que todo estará bien. Siempre vuelve la calma, te dicen. Tienes los brazos amarrados, pero solo es por seguridad. La presión ya se ha normalizado. Ahora hay que esperar los efectos, simplemente. Exámenes para explicar las convulsiones. Descartar la presencia de bacterias. Sería extraño que haya daño permanente. Eso está prácticamente descartado. Son cosas del cuerpo, simplemente. A veces se comporta así. Ni siquiera sabe lo que quiere. Se agita porque algo le incomoda. Pero se confunde porque solo es cuerpo. Lo que no es cuerpo no se afiebra ni padece. Me sientan un poco en la cama. Han vuelto los vómitos. Por la ventana del hospital me parece ver fuego, pero debe ser fruto de la fiebre. Es el cuerpo, solamente. Hay que prepararse. A veces se comporta así.

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