miércoles, 20 de febrero de 2019

Vender los cubiertos de plata.



I.

Nos costó vender los cubiertos de plata.

Fuimos a tres lugares y en todos ellos querían darnos mucho menos que su valor.

No me molesta eso en todo caso, sino que nieguen el valor que tienen esas cosas.

Y es que si me dijeran, por ejemplo, que son valiosos pero que no pueden dar más, yo los vendería de inmediato.

Lamentablemente, suelen ir por otro camino, y te dicen incluso que lo que ofrecen es lo justo.

Y eso me molesta, claro.

Así soy yo.


II.

Algunos me critican diciendo que exagero mi reacción.

Que me ofusco demasiado cuando aparece la frase: "el valor de las cosas".

A veces intento explicar que no es el valor de las cosas, lo que me ofusca al hablar.

Y entonces explico que lo que me molesta es hablar del valor, sin más.

No podemos hablar así no más sobre el valor, les digo.

No es algo para tomar a la ligera.

Pero claro, supongo que no me explico bien, aunque de todas formas me siguen pidiendo que los acompañe.

No es por simpatía en todo caso, sino que alcanzan mayores precios cuando voy yo.

Ni yo sé por qué ocurre de esa forma.

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