domingo, 17 de febrero de 2019

No quiero analizarlo.


Si bien no es propiamente un juguete, es muy buscada hoy por los más importantes coleccionistas, la figura del doctor Walter Freeman, que se vendió durante 1940 y 1942 en Estados Unidos. La figura forma parte de una colección que incluye también el vehículo en que el doctor se desplazaba (lobotomovil) y hasta un set que incluye un picahielo y una cabeza de madera de tamaño natural, con indicaciones para realizar una supuesta lobotomía, práctica que, por cierto, el doctor Freeman abundantemente realizó, durante más de treinta años.

También se reconocen en la colección las figuras de dos pacientes, una de las cuales parece representar a Rosemary Kennedy (hermana mayor de JFK) quien fuera operada por el médico, aunque tanto las razones por las cuales fue sometida a la lobotomía como el resultado de esta son más que cuestionables.

En agosto del 2016 se subastó una colección completa de estas figuras, alcanzado un precio récord en la categoría de juguetes (U$ 480.000), aunque no se conoció abiertamente la identidad del comprador.

Tengo fotos de la paciente que supuestamente era Rosemary Kennedy -también hay una figura en venta en una página de subastas-, y después de meses sin llorar no he podido parar de hacerlo al verla.

Y es que todo es igual de absurdo, si se analiza bien.

Absurdo y triste.

Por eso no quiero analizarlo.

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