domingo, 8 de junio de 2014

Nada que no sean hechos.

“Su mundo está vació de nada
que no sean hechos”


Se propuso anotar todo en la agenda.

Absolutamente todo.

Pensó que sería una tarea titánica, pero se entristeció al comprobar que bastaba con unas líneas, cada día.

Por otro lado, comprobó que solo había anotado hechos.

Es decir, se dio cuenta que gran parte de lo que ella creía hacer en el día, eran simples elucubraciones o sensaciones abstractas.

De hecho, cuando quiso anotar sus sensaciones descubrió que no sabía realmente qué poner, pues no era consciente realmente de aquello que sentía.

Le contó a una compañera de oficina con quien solía tomar un trago luego del trabajo.

También se lo contó a una prima con quién iba al gimnasio los jueves en la tarde y el fin de semana.

Ambas le dijeron que no se preocupara, que eso les sucedía a todos.

Eso no la tranquilizó.

En medio de una fiesta, a la que asistió con unas amigas, se detuvo a anotar en una servilleta algunos hechos menores, para completar su agenda.

Se besó con el hermano de una de sus amigas en esa fiesta, pero prefirió dejarlo hasta ahí y volver sola a su departamento.

Lo del beso con aquel chico lo anotó en clave.

Luego lo borró.

Finalmente, como se sentía angustiada desde que llevaba la agenda, decidió dejar aquella costumbre.

Tres días después botó la agenda, sin repasar lo escrito.

También se compró dos plantas y un acuario.

2 comentarios:

  1. Creo que hubiera hecho mejor comprándose un libro de sopa de letras, no vaya su reflejo en el acuario a hacerle elucubrar.;)

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