domingo, 15 de junio de 2014

Mentiras de mi tío E. / Eso quería contarles



Siempre consideré a mi tío E., como un mentiroso.

Por lo mismo, siempre lo consideré, finalmente, como un ídolo.

Sus historias acostumbraban comenzar con una anécdota que, aunque maravillosa, resultó ser la única aventura cierta, entre aquellas que narraba.

Dicha anécdota databa de cuando tenía él 18 años. En esa oportunidad mi tío quería evitar a toda costa hacer el servicio militar, por lo que decidió realizar una acción drástica: cortarse el dedo de un pie.

Así, armado de valor, con una navaja y un poco de alcohol, mi tío se habría cortado un dedo pequeño del pie derecho.

Lamentablemente, según su historia, él nunca se había percatado de que tenía seis dedos, por lo que fue aceptado, tras unas semanas de curaciones, en el ejército de nuestro país.

¿Sueña estúpido, no creen…?

Lo peor es que comprobé, tras leer unos archivos militares, que era cierto.

Luego de esa anécdota, sin embargo, mi tío E. comenzaba a narrar una serie de mentiras que incluían, como ejemplo, lo siguiente:

Haber sido campeón continental de salto alto.

Haberse convertido en perro durante un verano entero, en Punta Arenas.

Haberse recibido de seis carreras profesionales distintas, pero no haber ejercido ninguna.

Haber sido actor porno, en Irán.

Por lo general, estas historias las contaba mi tío en reuniones familiares, tras tomar unas copas de vino y tratando de contar una serie de detalles graciosos que arrojaban graves inconsistencias, por lo que solíamos desenmascararlo al final de cada historia.

Ahora, sin embargo, tras largos años de no escuchar aquellas historias, vengo a darme cuenta que nunca supe nada cierto, de la vida de mi tío E.

Es decir, nada salvo que se cortó un dedo para no entrar al servicio militar, y que terminó, con esto, volviéndose apto.

Eso quería contarles.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales