viernes, 27 de junio de 2014

Mujeres que aman a las vacas.



Entre los antiguos proyectos soviéticos para mejorar la producción me encuentro con uno que llama inmediatamente mi atención, y cuya traducción más fiel sería “Mujeres que aman a las vacas”.

El proyecto se basa en algunos estudios (no especificados) que revelarían un alza cualitativa y cuantitativa en la producción de leche de aquellas vacas que “son amadas” por la mujer que la ordeña o que se encarga de su “mantenimiento”.

A partir de esto, el proyecto busca reclutar y poner al servicio de la nación a distintas mujeres que amen a las vacas, cuyas cualidades sean previstas a partir de una selección basada en la observación de sus costumbres y en el trato que tendrían hacia aquellos animales.

Sin embargo, más allá de estas primeras consideraciones, el proyecto deja cabida a algunas observaciones que podríamos denominar poético burocráticas y que hacen hincapié en la necesidad de entregar “fundamentos” a la mujer rusa, para que esta sea capaz de transformarse en una amadora de vacas.

Y es que las amadoras de vacas, hace notar el escrito, no suelen amar exclusivamente a las vacas, sino que desarrollan una capacidad de amar general que puede manifestarse también de otras formas “que quizá entrañen nuevas posibilidades de producción y mejoras para la vida diaria de la nación”.

De esta forma, concluye el escrito, “es necesario reflexionar respecto a las maneras en que podría fomentarse la creación de mujeres amadoras y planificar estrategias para que este tipo de mujeres proliferen en la nación y la transformen en un lugar próspero y lleno de nuevas y vigorosas esperanzas”.


*Extraído de los anexos de los planes quinquenales organizados
por la Gosplán para la economía nacional de la URSS (1933).

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