Acto único.
La acción se
desarrolla en las ruinas de una taberna donde un hombre se encuentra solo, bebiendo, en un pequeño vaso de vidrio, encontrado en el lugar. Si
bien el hombre está en la sombra, el estado de la cantina permite que se
filtren fuertes rayos de luz, provenientes de los dos soles que iluminan
Tatooine. El hombre que bebe es Han Solo, antiguo capitán, pirata espacial y
general de la Alianza rebelde. Su rostro debe reflejar cierto desgano. Una
especie de paz –o renuncia-, que ha alcanzado con aquello que lo rodea, pero no
necesariamente con sí mismo.
Durante el
acto, Han Solo dirigirá sus parlamentos a los restos de un robot que se encuentra
frente a él, inhabilitado. Sin embargo, a pesar de los daños, el robot
encenderá unas luces, según se indicará, interactuando así con nuestro
personaje.
HAN SOLO: (Ebrio.
Hablándole a los restos de un robot, semi destruido y sin actividad que se encuentra
frente a él) Tú no sabes… Yo vuelvo aquí porque aquí estoy… ¡Siempre que
vuelvo aquí, estoy aquí…! Eso me gusta. (Toma
otro trago. Observa la botella que está casi vacía y se sirve otro). Suena
hueón, pero no pasa lo mismo en otros lados… Con Leia, por ejemplo… o con los
hijos… Uno está ahí pero no está… Igual que cuando manejaba el Halcón a
velocidad luz y sentías que te habías dejado atrás… igual solo que uno no sabe
ahora dónde se deja… ¡Pura mierda esa sensación…! (Toma otro trago y lanza luego el vaso, que rebota en los restos del
lugar, sin quebrarse. Con todo, Han sigue controlando su actitud). ¿Sabes
cuándo sí era yo…? Cuando me congelaron en carbonita… ¡Ese sí que era yo!
Escuchando hablar de mí… Quieto en mí mismo… ¡Ese sí que era yo! Estaba como en
el recipiente exacto… Era imposible salirme de mí mismo… ¿Me entiendes algo? (El robot enciende y apaga una pequeña luz
roja) He intentado explicárselo a Leia, y a los otros… pero todos piensan
en sí mismos y me tratan de egoísta… ¿Acaso no se puede querer ser feliz
sintiendo tus bordes…? (La luz del robot
vuelve a pestañar) Una vez conocí a un comerciante… Él me contó que en uno
de los planetas se vendía un líquido blanco, en cajas… y dijo también que en
esas cajas aparecían imágenes de gente perdida… Sin recompensa eso sí… Solo perdidas…
(Han toma el licor que queda desde la botella. Luego la arroja, sin rabia,
desinteresadamente) ¿Sabes lo que pienso a veces…? (el robot vuelve a encender y apagar una luz). A veces pienso que al
final de todo yo voy a encontrar una de esas cajas… y voy a ver mi foto. Nada
más. Luego el final de todo. El final y ninguna palabra… Eso era bueno de estar
con Chewbacca, ahora que lo recuerdo… Ruido y comprensión, nada más. Así
debería ser el mundo, ¿no crees? (El
robot enciende una luz por última vez, luego se apaga definitivamente) Lo
que pasa es que tú no sabes, compañero… (Han se pone de pie y le habla
directamente a los restos del robot, que bota un poco de humo). Tú no sabes una
mierda…
En cualquier época y circunstancia, los borrachos al final se sienten incomprendidos!
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