sábado, 15 de marzo de 2014

El personaje 127.



Leo un cuento de la Highsmith sobre un hombre que escribía libros en su cabeza.

Buen cuento, por cierto.

Palabra por palabra los escribía hasta completar 14 novelas y 127 personajes.

Y claro… la Highsmith hablaba también sobre los sueños, la familia y lo absurdo que podía parecer la labor de aquel personaje. Entre otras cosas.

Lo peligroso del caso es que yo conocí a aquel hombre.

Y no lo digo a modo de metáfora, sino refiriéndome a una entrevista que realicé para una asignatura en mi último año de universidad.

El hombre era Estadounidense y tuvimos una conversación telefónica de unos pocos minutos.

Durante ese rato, sin embargo, -por mínimo que fuera-, él me contó que había terminado su decimocuarta novela y que en cada una de ellas utilizaba siempre 9 personajes.

Por otro lado, el hombre confesó que ya no quería escribir más y que solo se dedicaría a corregir ciertos detalles en sus creaciones.

Con todo, tras leer el cuento de la Highsmith me fijo en una de las pocas diferencias con algunos elementos de las obras creadas, y el mundo real.

Y es que la suma de los personajes me da claramente 126, y no 127 como aparece en el cuento de la Highsmith.

Entonces, justo a las 3 de la madrugada, mientras escribía otro texto, comencé a asustarme en serio respecto a que yo pueda ser el personaje 127.

Puede que sea el insomnio, simplemente, o el par de cervezas que tomé hace un rato… pero aquella sensación me llevó a buscar los datos de aquel hombre a quien llamé por teléfono hace más de 10 años.

Y bueno… en una agenda vieja, tras una hora de búsqueda, encontré sus datos.

Justo entonces, mientras me decidía a marcar, me di cuenta que aquel número no tenía el código para Estados Unidos.

Por último, mientras buscaba el código, volví a mirar el número en la agenda y podría jurar que era el de mi propio teléfono, en ese entonces.

No sé si me entiende.

A ver…

¿Le gusta a usted, querido lector, el número 127…?

¿No sabe…?

Pues déjeme decirle una cosa:

Yo creo que le viene bien.

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