“Esto es para el hombre que lo tiene todo”
A. H.
Más grande incluso que la pirámide de Micerinos y
proyectada a alcanzar una altura mayor que la de Keops, se encuentra una
construcción egipcia poco conocida en el resto del mundo.
Se trata de una de las tres pirámides abandonadas a
medio terminar a unos 50 kilómetros al sur de Menfis, en una zona muy poco
visitada en el actual Egipto.
Las hipótesis sobre el cese de su construcción son
varias, pero me agrada una que se reduce al simple aburrimiento de los
gobernantes que proyectaron dichas construcciones.
Parece una hipótesis poco seria, por supuesto, pero
es una de las tantas que se realizaron antes de abandonar el estudio de aquella
zona, que dejó de realizarse hace casi 20 años.
Un conocido que hizo un viaje a la región –la dificultad
de acceder a ella es quizá otra de las razones del olvido de este lugar-, me
muestra una serie de fotos con las que pretende ilustrar un pequeño reportaje
que busca vender a alguna revista especializada.
Pirámides de
Egipto a medio terminar, ha titulado, tentativamente, dicho reportaje.
Y claro… es entonces que, luego de revisar el
escrito, observo las fotos de aquellas pirámides.
Y me asombro.
No tanto por la magnitud de aquellas obras, sino porque
hay algo de ellas que me remite a algo íntimamente humano.
Un órgano vital, casi, olvidado.
Un órgano del
mundo, a medio terminar.
O como un Dios que los hombres hubiesen estado
construyendo y que dejaron inacabado.
Y es que nadie nunca se preocupó de hacerlo.
Nadie visita aquel lugar.
De hecho, se proyecta que por alteraciones
climáticas, en menos de 20 años estas pirámides llegarán a cubrirse de arena,
totalmente.
Mientras, sobre ellas, –tal como se aprecia en una
de las fotos más espectaculares-, el sol mismo parece inacabado.
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