sábado, 23 de noviembre de 2013

Todos piensan en el último piso.


-Imagínatelo –me dijo-, estás frente a un edificio altísimo… un edificio de departamentos… quizá el más alto de los que has visto… Pues bien, tú estás abajo, mirando el edificio… ¿qué es lo primero que piensas?

-¿Cómo…? –pregunté-. ¿Qué pienso respecto a qué…?

-Respecto al edificio, por supuesto… ¿Qué es lo primero que piensas cuando lo miras?

-Eh… no sé, tal vez en el último piso… o me pregunto hasta dónde llega…

-¡Exacto! –exclamó-. Todos piensan en el último piso.

-¿Y…?

-¿No te parece raro…? –dijo él-. Todos miran el edificio desde abajo y lo único que piensan es en el último piso, o en la azotea…

-Eh… pues no sé… -dije yo-, ¿pero es malo, según tú?

-Pues no sé si llamarlo así… pero al menos es llamativo cómo nadie se preocupa de los primeros pisos, o hasta del subterráneo… ¿te imaginas alguien viendo por primera vez ese edificio y fijando su atención en el cuarto piso…? Preguntándose quién vive ahí, o cosas así…

-Pues no… no realmente –acepté.

-¿Lo ves…? Ese es el verdadero problema… Hay que aprender a partir de abajo… apreciar más lo que es más cercano a tu experiencia… Eso es lo que impide los logros…

-¿Qué logros? –pregunté.

-Cualquier logro… -contestó-. Todos los logros… Pensar que miramos a los otros cuando en realidad miramos sobre ellos… preocuparnos de creer en dios antes de nosotros mismos… ¿no te das cuenta? Todas nuestras acciones resultan erradas por una misma actitud…

-Mmm… puede ser –admití-. Pero en concreto… ¿propones algo en particular?

-¿A ti o en general? –me preguntó.

-A mí –aclaré.

-Pues no sé bien… quizá debas tener más cuidado cuando miras la hoja en blanco –me dijo-.

-¿Cuándo quiera escribir?

-Claro… olvídate del gran texto, de la gran idea, del gran mensaje…

-¿Y me fijo en qué?

-En lo que está más cerca… ya sabes… en los miedos pequeños, en los ruidos… en los gestos de los otros…

-¿Y la azotea…? ¿Va a llegar alguien a ese último piso?

-No lo sé… pero quizá el edificio es tan alto que hasta falte aire en la azotea… o hasta sea muy artificial, o no nos guste… ¿te imaginas? Toda tu vida subiendo a un lugar que finalmente no era lo que esperabas…

-¿Y los otros? ¿Acaso lo que está cerca es más fácil…?

-Nunca dije eso. Pero es más necesario.

-De acuerdo… supongamos que te creo… ¿qué hago ahora?

-Borras el texto que habías escrito y partes copiando esta misma conversación.

-¿Y mañana?

-Mañana te cuidas de no mirar más allá de los otros… riegas las plantas, te mojas el rostro, caminas un poco… Tú sabes… no arranques, simplemente, cuando tengas miedo.

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