viernes, 1 de noviembre de 2013

Prenda usted un fósforo, y observe.

“-Mi rey, con el debido respeto,
si destruimos el monstruo
destruimos la ciudad”
Jabberwocky, T. G.



Prenda usted un fósforo
y observe.

Ilumine en torno suyo;
vigile.

Y es que nunca nada
permanece en sí
por mucho tiempo.

Piense usted en el lugar,
en el tema…
no hay restricciones al respecto.

Mi única exigencia es que encienda un fósforo,
que observe con atención
y que busque algo inflamable.

Luego la decisión es suya.

Quizá una esquina.

Quizá un elemento
en el sector central

Quizá una palabra.

Usted elige.

No le diré qué…
pero sí que elija con cuidado.

Además, si no elije
el fuego del fósforo
terminará por quemarle
los dedos.

¿Se entiende…?

No es una amenaza.

Pero debe hacerlo.

Y es que se acercan tiempos
en que algo
-algo así como nieve-,
vendrá a cubrir suavemente
todo lo pasado.

No diré por qué.

No diré cuando.

Pero sí diré que es cierto.

Por eso debe usted elegir.

Porque si no la sensación
de escarbar,
surgirá en el corazón de todos
y la nieve se convertirá
antes de tiempo
en agua sucia.

No queremos eso.

Y esperamos que comprenda.

No queremos ruinas
ni renuncias.

Prenda usted un fósforo
y observe.

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