“-¿Se puede reparar?
-Sí, eso es lo bueno de las cosas.”
Tienes todas las pistas que necesitas.
Huellas, objetos olvidados, pequeños signos por
toda la casa.
Con todo, siempre hay algo que frena, antes de la
resolución.
Es como la pareja que pasó la vida mintiéndose, y que
deciden no arruinarse con la verdad.
Así, la primera conclusión a la que llegas es que
falta un caso.
Un caso concreto, me refiero.
Algo que resolver: un crimen, un motivo, un
culpable.
Y es que de tanto buscar en los cajones de los
otros, comprendiste de pronto que casi todas las vidas están formadas por los
mismos elementos.
Y claro… lo comprobaste también hurgando en tus
propios cajones.
Fotos viejas, cartas dobladas, apuntes de cosas por
hacer.
Pueden cambiarse por discos o pendrives, pero en el
fondo es un cambio menor.
Nada que altere el descubrimiento mayor, me refiero.
Así, entre los papeles, eliges uno en blanco y
buscas un lápiz que aún escriba.
Y es que si bien no hay un caso concreto, sí hay ciertas conclusiones que es
bueno no olvidar.
Hicimos todo esto, para así no tener otra vida,
anotas.
No es una conclusión muy alentadora, pero al menos
eres un buen detective.
No desaprovechaste las pistas.
Ahora puedes dormir tranquilo.
Me agrada la biblioteca. Se agradecen los textos en ella.
ResponderEliminarSaludos. Gracias también.
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