-¿Para qué compraste torta?
-¿Cómo?
-Te pregunté que para qué compraste torta.
-Ah… para la once, no sé. Es que estaba de oferta.
-Pues yo no voy a comer torta.
-¿Por qué?
-Porque estoy a dieta, ya te lo he dicho.
-Pero si siempre lo dices.
-Y tú siempre lo pasas por alto. Por eso te lo repito.
-Es la primera vez que compro torta…
-No tiene por qué ser torta, es como si te esforzaras por acabar con mi
dieta.
-Yo no te obligo a comer.
-Nunca obligas a nada, pero es peor… es como si llenaras el camino,
para que me tropiece…
-¿De verdad crees eso o estás jugando a la víctima?
-¿Crees que estoy jugando?
-Quizá no jugando, pero exagerando sí, al menos… solo compré una torta.
-No es eso, solamente… no me hagas repetirlo.
-¿Repetir…? Lo único que dices es que estás dieta y que intento que no
la sigas…
-Y piensas que para mí es un juego.
-Pues te comportas como si lo fuera…
-¿Acaso tengo cara de estar jugando?
-¡Vamos…! No es cuestión de cara… ¿Quieres que bote la torta? ¿Es eso
lo que quieres…?
-¡Me da lo mismo lo que hagas con la torta…! Simplemente no debiste
haberla comprado.
-¿Retrocedo el tiempo…? Vuelvo el tiempo atrás y no compro la torta… ¡¿Esa
hueá querís que haga?!
-¡Si pudieras hacer eso sería mejor que retrocedieras hasta antes que
nos conociéramos….!
-¡¿Te das cuenta que siempre llegas a lo mismo…?!
-¡No seas estúpido…! ¡No llego porque quiera…!
-¡Claro que sí…! es lo de siempre…. Ahora va a comenzar el llanto y
luego voy a tener que pedir disculpas y…
-Tú eres el que hace que sea igual…
-¿Lo ves?
-¿Qué?
-Ya tienes lágrimas en los ojos.
-¡Y dónde chucha quieres que las tenga…!
-…
-…
-¿Qué fue eso?
-Creo que es Marcos, viene con un amigo… no quiero que nos vea
peleando.
-Anda a lavarte la cara…. Yo los entretengo, mientras…
-Ofréceles torta, si quieren…
-De acuerdo.
-…
-¿Qué pasa?
-Igual te quiero.
-Sí sé… Yo también...
-Ahí vienen.
-Ahí vienen.
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