Esos hombres y mujeres
que se emborrachan en los cócteles
y hablan de sus viajes
y de los espectáculos
y de la casa de la tía Ema
y avanzan rápidamente hacia quienes sirven
y vacían las copas
y alaban el vino
y comentan que no han visto últimamente a Sebastián
y opinan sobre una nueva tienda de corbatas
y tienen sus autos estacionados unos contra otros
y que piensan que creen en Dios
y que poco a poco van mirándose distinto
y ríen cada vez más fuerte
y dejan salir de su corrección un poco de agresividad
y que derraman su asco como sus copas
y que se molestan porque han manchado sus trajes
y mencionan marcas extranjeras y números de varias cifras
y hablan sobre la poca recuperabilidad de ciertas telas
y hablan también de derechos y de abogados
y juegan a mantenerse erguidos
y que se sienten mareados de pronto
y hasta deciden hacer un par de llamadas
y miran sus celulares como buscando un nombre
y que al final olvidan o no encuentran
y que vomitan escondidos en el baño
y que se miran sin verse, frente al espejo
y que no se percatan que los miras, en silencio,
y que volverán a sus autos, a sus casas y a sus familias
y que volverán a ir a cócteles
y volverán a ir veloces hacia las copas
y que nunca recordarán el nombre de un garzón
y que volverán, a fin de cuentas, siempre al mismo sitio…
Esos hombres y mujeres, decía,
ya deben estar durmiendo a estas horas
y hasta habrán tomado algo para curar la resaca…
Y es que esos hombres y mujeres no tienen blog
ni una promesa absurda de escribir cada noche
ni pruebas que revisar
ni una cama vacía
ni tampoco un corazón que les reclame
y al que haya que inventarle excusas…
Esos hombres pueden descansar, decía…
esos hombres tienen un sitio…
Yo, en cambio, me invento ser un genio
para reír de mí mismo y no de otros...
y descansar entonces, como ellos.
para reír de mí mismo y no de otros...
y descansar entonces, como ellos.
Pero ellos sí están vacíos, aunque sea el cliché más grande.
ResponderEliminarNo estoy de acuerdo Srta Rubio: estar lleno, aunque sea de mierda o de mentiras, sigue contando como estar lleno, y a la mayoría del mundo le parece bien, por desgracia.
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