-Mi madre contaba que se fue a la cama con muchos tipos por no saber
cocinar –dijo ella.
-Pobre –dije yo.
-No… si lo digo en serio –continuó-, lo que pasa es que solía invitar
hombres a comer, pero ella solo sabía cocinar un plato…
-¿Y?
-Que por eso no pudo tener relaciones largas…
-No entiendo.
-Que ya no tenía qué cocinarles la segunda vez –explicó-, así que por
lo general cenaban, tenían sexo y luego ella no se atrevía a invitarlos de
nuevo.
-¿No los invitaba otra vez para no repetir la cena?
-Exacto.
-Mmm…
-¿No crees que sea cierto?
-No sé… suena extraño, al menos.
-Sí, puede ser –admitió-. De todas formas ella lo contaba con gracia,
sobre todo cuando se refería al encuentro con mi papá…
-¿Él también fue a una de esas cenas?
-Claro –dijo ella-. Mamá contaba que él fue el único que descubrió el
truco.
-¿Qué truco?
-Bueno, no truco… pero la verdad sobre la falta de talento en la cocina.
-…
-Mamá contaba que mi padre se había parado frente a ella cuando se negó
a invitarlo por segunda vez. Tú no sabes
cocinar, dijo él, y yo sí. Además podría comer todos los días lo mismo,
si tú quieres.
-¿Eso habría dicho tu padre?
-Sí. Eso. ¿No es bonito?
-Mmm… no sé... ¿Hablaba realmente así, tu papá…?
-Sí… Es que veía mucho cine nórdico.
-Así como Kaurismaki.
-No. Eran tiempos más antiguos. Creo que eran películas románticas
polacas…
-Mmm…
-¿Aún no te convences?
-No –confieso-. Pero no importa.
-…
-…
-Y tú, a todo esto, ¿cocinas más de un plato? –preguntó.
-Sí –contesté.
Nos quedamos en silencio un rato.
-Creo que voy a ordenar la biblioteca –dije entonces.
Y me fui.
jejeje hay truco para todo!
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