“El azar del retorno”
A. S.
I.
No sabes dónde. Que retornas sabes, pero nada más. Lo sientes así desde hace un tiempo. Es más que una intuición, dices, y probablemente sea cierto. Después de todo yo también, a veces, lo siento así. Y claro, como a fin de cuentas percibes que es por azar, intentas no estresarte. No aferrarte a nada, dices tú. No buscar caminos ni señales en el camino. O eso al menos, según recuerdo, me intentaste explicar alguna vez. El azar del retorno, decías, mientras leías a la Storni, y explicabas. Sí… casi siempre leías a la Storni. Y yo, si soy sincero, estoy de acuerdo.
II.
Antes, me contaste, no era así. No era así porque no estabas, todavía, regresando. No lo sabías entonces, por supuesto, pero ahora lo interpretas de esa forma. Y hasta distingues el momento exacto en que comenzó el retorno. No el azar, que ese ya estaba desde antes. Desde siempre, incluso, creo yo. ¿Recuerdas que decíamos que en el principio no fue el verbo sino el azar? Probablemente lo decíamos bromeando, pero usábamos esa frase como conclusión de algunas situaciones. Entendíamos lo que decíamos en ese entonces. Luego dejamos de hacerlo y ahora, lejos, creo que coincidimos otra vez.
No sabes dónde.
No hay comentarios:
Publicar un comentario