lunes, 11 de agosto de 2025

Sincero.


“Sangre para mis venas, pensó”
Ph. K. D.


*
Soy sincero. En realidad no sé si lo pensó. Probablemente sí, si creemos lo que dice, pero igual no se trata de algo comprobable. De hecho, ni él mismo debiese asegurar que lo pensó. Y es que en un principio lo cree cierto, pero la duda siempre existe y de pronto llega. O se hace presente más bien, pues existe desde antes. Y claro, él entonces demora sus palabras y hasta parece que las elige, como si fueran un traje. Un traje repetido, es cierto, pero traje al fin. Uno entre diez en un ropero en que debiesen caber ocho. Soy sincero: siete tal vez, y posiblemente seis. No exagero. Yo sí que lo pensé.


*
Voy a donar sangre y me dicen que no. Que no estoy en condiciones, me dicen. Incluso, minutos después del primer no, no logro caer en cuenta de qué se me acusa. Por lo mismo, pregunto. A una enfermera y a dos tipos con delantal, les pregunto. Minutos después, ante la insistencia, ellos dejan de ignorarme y me dicen que harán una excepción. Por lo mismo, me entregan unos papeles que después firmo. Sale la sangre entonces y va a un frasco. No sé a dónde, después. Soy sincero.

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