sábado, 30 de agosto de 2025

El precio de...


Sueño que voy a una de esas tiendas de empeño, como la de los programas de tv en las que intentan obtener un buen precio a partir de un artículo extraño, o históricamente importante.

-Hola, Vian, ¿qué es lo que traes esta vez? –me preguntan.

Yo no recordaba haber ido antes pero sigo el juego, contestando cordial pues supongo que en algún sitio alguien está filmando todo esto.

Incluso escondo un poco la panza, por si acaso.

-Es una caja antigua –le digo-, pero lo importante es lo que está dentro.

El encargado abre entonces la caja, con cuidado, sin mostrar a la supuesta cámara (ni a mí) lo que hay en su interior.

-Esto es realmente sorprendente… -exclama-, ¿pero, qué es?

-Es un pedazo de Dios –contesto, sin siquiera pensarlo.

-¿Un pedazo de Dios? –pregunta-, ¿y dónde lo conseguiste? ¿no se lo habrás arrancado tú mismo, cierto?

El encargado ríe y yo también, aunque con menos ganas.

-¿Y cuánto quieres obtener por él? –pregunta ahora.

-Sinceramente no sé –confieso-, estaba pensando en unos cuantos miles de dólares, pero en realidad no tengo referencias, así que esperaba que llamases a uno de tus expertos y entonces negociar…

-¿No sabes qué pedazo es o a qué Dios pertenecía, al menos?

Yo niego con la cabeza.

-Pues está bien –señala-. Llamaré a un experto para que nos pueda ayudar.

Poco después veo aparecer a un tipo barbón, que habla con la voz de Don Cangrejo.

Observa la caja de madera y mira dentro, luego me mira asombrado y me pregunta:

-¿Cuánto estás dispuesto a pagar para que nos deshagamos de esto?

Espero que ría, pero no lo hace.

Yo entonces busco en mis bolsillos y cuento lo que hay dentro.

Luego de un rato respondo:


(*Final en parte 2)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales