sábado, 20 de noviembre de 2021

Un indicador y un método.


Voy los fines de semana a la feria. Compro verduras. Cuando regreso las guardo, pero ocurre luego que en la semana no las como. Por lo mismo, de regreso de la feria, cada fin de semana, antes de guardar las verduras que acabo de comprar boto las verduras de la semana anterior que, por lo general, ni siquiera he tocado.

Lechuga, rúcula, pimentones, dientes de dragón… cosas así son las que boto. A veces los tomates los consumo, y un poquito de diente de dragón.

Es algo absurdo y de cierta forma tiene que ver con el tiempo que dispongo. Podría hablar de eso sin problemas, pero lo cierto es que resulta algo tedioso y me devuelve siempre a la misma situación.

Por otro lado, tiene relación con un tema de ánimo, del que es más problemático todavía hablar, pero que de cierta forma es “medible” con el asunto ese de las verduras.

Me refiero a que botar las verduras cada fin de semana, funciona como un indicador de ese estado anímico del que prefiero no hablar. Sé que puede ser absurdo, pero a veces pienso que, si dejo de comprar verduras, será como dar por perdida la batalla, y me resignaré simplemente a que no exista nada fresco en el refrigerador para cuando un día todo esté mejor y abra el refrigerador y quiera encontrar justamente algo fresco y que todavía tenga aroma.

Aguanto así, mientras tanto. Así que supongo que ese es mi método. Mi indicador y mi método: todo en uno.

Debe haber mejores y peores, por supuesto, pero estoy seguro que todos tienen alguno.

Por lo mismo, supongo que ustedes también, aunque no sean conscientes del todo, han de tener el suyo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales