sábado, 13 de noviembre de 2021

Todo esto.


Como por ese entonces arrendaba una casa justo al costado de un edificio de departamentos, me sentía observado la mayor parte del tiempo.

No es que pasara en el patio y, efectivamente, fuese observado.

Pero, aunque estuviese dentro de la casa tenía esa misma sensación.

Tal vez por eso -para comprobar la certeza de aquella percepción-, ocurrió que un día, estando borracho, se me ocurrió con un amigo cavar una fosa en el patio, y fingir que arrastrábamos algo similar a un cuerpo, y lo enterrábamos en aquel lugar.

Todo a la vista, por supuesto, de las ventanas de al menos cincuenta departamentos, que apuntaban en esta dirección.

Como no ocurrió nada de forma inmediata -ni tampoco en los días siguientes-, ocurrió simplemente que olvidé aquel asunto.

Por lo que un par de meses después, cuando llegaron desde un departamento de la PDI con una orden judicial y comenzaron a cavar en el patio, yo ni siquiera lo asocié a ese hecho pasado.

Mientras cavaban me hicieron algunas preguntas, aunque principalmente fueron datos personales.

Al lugar, también había llegado el dueño de la casa, con el que no crucé siquiera una palabra.

En el patio, no encontraron nada salvo unas mantas que habíamos enterrado esa ocasión, y que tuve que inventar que eran parte de un proyecto de compost que quería hacer en aquel sitio.

Esto último me salvó de problemas con la justicia, pero no del dueño de la casa que apeló a esto último para rescindir el contrato.

Por lo mismo, me fui del lugar exactamente un mes después de aquellas visitas.

Desde las ventanas de los departamentos que podía observar desde mi casa, no logré ver nunca, por cierto, rostro alguno.

Pero sé que estaban ahí, por supuesto.

Probablemente tras las cortinas.

O tal vez ocultos, en cualquier otro lugar.

Así, según entiendo, funciona todo esto.

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