lunes, 29 de noviembre de 2021

Ayer, recordaba.


I.

Ayer, recordaba.

Por ejemplo,
recordaba que me sabía un chiste
sobre John Dos Passos.

Por más que me esforcé
descubrí, sin embargo,
que lo he olvidado.

O lo acepté, más bien.

Luego, comencé a dudar sobre qué,
realmente,
era aquello que había olvidado.

Si a Dos Passos
o al chiste que alguna vez supe
sobre Dos Passos.

Además, de paso,
comencé a cuestionarme
sobre qué es aquello que olvidas
cuando olvidas algo,
y la forma en que extravías
aquello que portabas
cerca tuyo.

Retrocedí entonces el camino
y encontré a Dos Passos.

Lo recogí con cuidado,
por si estaba dañado,
pero el dañado no era él.

Luego, seguí recordando.


II.

El chiste sobre Dos Passos.

Sé que existía,
pero ahora me pregunto,
qué puede causar que riamos
cuando hablamos de Dos Passos.

Y es que más allá de juegos de palabras
no sé bien
de qué pudo tratarse.

O tal vez -pienso ahora-,
recuerdo el chiste,
pero no lo reconozco como tal,
pues he perdido la gracia.

Y es que así ocurren las cosas.

Así siempre ocurren las cosas.

Las vives y las pierdes, me refiero.

Y hasta acusas,
que de cierta forma,
te son arrebatadas.

Todo por dos pasos, me digo.

Perder la gracia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales