sábado, 27 de noviembre de 2021

De estas cosas.


I.

Los zombis no tienen nombre.

Y si lo tuvieron lo pierden, justamente, al volverse zombis.

Es decir, tuvo nombre alguien vivo, anterior al zombi, pero el zombi no.

Disculpen, pero suelo enredarme un poco, cuando hablo de estas cosas.


II.

Aunque sea un mismo zombi el que aparece en varias escenas.

Aunque tenga rasgos específicos y prendas que lo identifican con un vivo que obviamente podías nombrar.

Aunque ocurra esto, decía, los zombis siguen sin tener nombre.

Tal vez ocurre porque nadie los llama, o porque no necesitan presentarse.

Solo son zombis yendo de un lado para otro, aparentemente sin saber a dónde van.


III.

También pienso en otras cosas cuando pienso en los zombis.

Por ejemplo, pienso en la dirección en que caminan cuando nadie los ve.

Cuando ya no hay vivos, digamos, a los que puedan perseguir y el sentido de la búsqueda se haya perdido.

Pienso también en si les molesta en sol, y qué ven cuando se observan los unos a los otros.


IV.

Los zombis no tienen nombre.

Apenas tienen carne que se les cae a pedazos.

Tal vez el nombre también se les cayó o quedó colgando en algún sitio.

Aunque esto tal vez quiera decir que los nombres permaneces, desperdigados, como si aguardasen algo.

¿Es correcto imaginar los nombres agazapados o simplemente se trata de una imagen equívoca?

Vuelvo a pedir que me disculpen, pero suelo enredarme un poco, cuando intento hablar un poco, de estas cosas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales