jueves, 18 de noviembre de 2021

Otra noche no fue así.


Otra noche no fue así. Ojalá se entienda. Me refiero a que ocurrió distinto, aquella noche. No solo no igual, como ocurre siempre, sino que esta vez verdaderamente ocurrió distinto. Tanto así que te enredas al decirlo. O que no sabes. O tal vez sabes, dirá alguien, pero suena a que no sabes. Así ocurren las cosas, a fin de cuentas. No los hechos como dicen, son las cosas las que ocurren. Los hechos aparecen simplemente, como manchas en las cosas. Así aparece Felisberto, por ejemplo. O así, a medio despertar, amanece Clarice, sin todavía amanecer. Más pura y cierta, de esa forma. Aunque estos son rasgos que confunden, por supuesto. Rasgos que no se dejan decir de esa forma. Por esto, alguien allá atrás pareció decir que no se entiende. Entonces le explico, desde lejos, porque no sé explicar de otra manera. No fue así, pero es extraño, digo entonces. Otra noche, no fue así. Parece simple, pero no. La noche diríase la misma, por ejemplo. Las palabras, habituales. Como Dostoievski estaba muerto se decían sin decir, las palabras. Sin sentir incluso, decíanse. Y es que ahora, al menos, ocurre así. Decimos poquito. Todos somos manchas en las cosas. Manchitas, incluso. Tanto que no sé bien para qué digo. Ojalá se entienda, creo que te dije. Ya sabes, si es que sabes.

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