viernes, 17 de septiembre de 2021

Testigo incompleto.

"Cuéntalo en pasado, me dijo.
Sáltate el inicio de la historia.
Espántalo de esa forma."
O. W.

Pero yo era testigo de aquello, solo testigo, nada más. No era parte del suceso, me refiero. No estaba en él. Además, si lo pensaba, no era yo un testigo cómodo. Me refiero a que, para ser testigo, no lograba captar de buena forma todo aquello. De ningún modo hubiese servido, en este sentido, para entregar ningún testimonio válido, o confiable. Me faltaba perspectiva, para eso. Estar fuera también situacionalmente. ¿No se entiende? Intentaré explicarlo una vez más.

Imagínenlo si pueden. O si quieren, más bien. Yo miraba un paisaje, digamos, pero al mismo tiempo caminaba por la postal en que se reproducía ese paisaje. Así, justamente por carecer de perspectiva para ser testigo “del todo”, por estar dentro de la imagen y al mismo tiempo intentar mirarla, no lograba comprender exactamente la imagen que hacía todo aquello. Estaba dentro, digamos, pero era testigo. Inmerso, ajeno y poco confiable. Eso era yo.

Ahora bien, ¿por qué intento explicarlo?

Voy a decirlo directamente: porque no soy confiable cuando presento la realidad. Y hasta el momento, lo que he presentado este último tiempo debe dar cuenta justamente de ese rol de testigo incompleto que mencionaba antes.

De hecho, si soy del todo sincero, debo confesar que no sé creer en la realidad del paisaje que describo. Lo dije bien: no sé creer. Incluso si hubiese un terremoto bajo mis pies e intentara arrojarme al piso, no sabría creer en él. Eso es algo que debe decirse. O que debo decir, más bien.

Una aclaración antes de continuar, digamos.

Un presente del que no me siento orgulloso, pero que ha de devenir en otra cosa, en algún momento próximo.

Si resisto y busco, al menos, ha de devenir en otra cosa.

En esto creo.

Sin más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales