miércoles, 22 de septiembre de 2021

El guion.


También me ocurría eso cuando jugaba a las escondidas, pero esto era peor. Me refiero a que, al jugar a las escondidas, solo me daba miedo que no me encontraran o de no salir nunca del lugar en que me había escondido y que los otros se olvidaran y siguieran con su vida. En cambio, en el par de ocasiones en que me tocó hacerme el muerto, me asusté de verdad de pasar a estar muerto realmente, y fue una experiencia espeluznante. La primera vez fue en una obra teatral, en la que hacíamos de soldados españoles e indios. A mí me tocó ser indígena, pero eso estaba bien, lo malo era que hacia el final de la obra tenía que hacer de muerto y tirarme al piso. Y tratar de no moverme y respirar poquito o casi nada, me habían dicho. Así que claro, yo lo hice, pero mientras estaba tirado en el piso, en plena obra, dejé de sentir mi respiración y, con los ojos cerrados y tan quieto como podía estar, pensé que de verdad estaba muerto. El tiempo se me hizo eterno, recuerdo, así que comencé a pensar en alguna prueba para poder tranquilizarme y saber que estaba vivo, mientras no podía moverme, para que la obra saliera bien y no arruinarla por mi culpa. Pensé y pensé y no llegaba a conclusión alguna. No tenía cómo demostrarme, a mí mismo, que estaba vivo. No había forma de hacer eso. O tal vez, pensaba en ese instante, realmente había muerto y por eso no podía encontrar una forma de demostrar aquello. Eso fue lo que me pasó esa vez y cuando me levanté y recibimos los aplausos y todo eso, creo sinceramente que no volvía ser el mismo. Seguí pensando en cómo demostrar que estaba vivo, cada cierto tiempo. Sobre todo en la cama, mientras intentaba dormir, y me quedaba quieto y tenía esa misma sensación que en la obra. La otra vez que me ocurrió -intensamente, como en la obra-, fue hace apenas unas semanas. Esta vez no estaba quieto si no comiendo, junto a unos amigos… Y claro, no sé explicarlo bien, pero de cierta forma sentí lo mismo que aquella vez, de pequeño, en la obra teatral. Yo estaba muerto. O si estaba vivo, no podía demostrarlo en lo absoluto. No a mí mismo, al menos. Terminé de comer esa vez y seguí con la rutina, pero era de cierta forma igual que estar quieto. Igual que estar sobre el escenario. Y claro desde esa ocasión, hace algunas semanas, digamos que solo ha bajado la intensidad, pero la sensación no ha desaparecido del todo. Ha aminorado su intensidad, digamos, pero no su certeza. O he aceptado su certeza, más bien, y he seguido fingiendo. Actuando de vivo, podría decir, de cierta forma. Y bueno, ya ves, ahora el guion indica que debo decirte esto a ti antes de comenzar otra escena. No pido respuestas, no te cuento un problema, solo sigo el guion. La escena acaba acá, por cierto. Gracias por escuchar, ahora debo retirarme.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales