lunes, 13 de enero de 2020

Me duele la cabeza cuando miro aviones.


Me duele la cabeza cuando miro aviones. Me ocurre cuando vuelan, no si los miro cuando están en el suelo. Llegó a ser grave en un momento por lo que me hice algunos exámenes. Pensé que era debido a la posición de la cabeza, o por un problema circulatorio o una complicación cervical. Se descartó todo eso, por supuesto, pero el dolor de cabeza persistía. Opté entonces por lo más fácil: dejé de mirar aviones cuando van por el cielo. Funciona bastante bien, aunque si me doy cuenta que están pasando, o los escucho, el dolor llega igual, pero un poco menos intenso.

Con el tiempo, comencé a sentir dolores similares ante otros fenómenos o situaciones, pero no los asimilé a algo específico y los asocie mayormente al estrés, como supongo lo hacen todos. Ni siquiera le hablo a nadie, del dolor. Cuando lo siento, quedo un poco rígido y trato de ponerme en blanco, hasta que el dolor disminuye su intensidad. Mientras me duele, sin embargo, no puedo dejar de asociarlo a los que me sucedía con los aviones, por lo que en mi mente se dibuja la imagen de estas máquinas en el cielo por lo que el problema, de cierta forma, sigue asociado al mismo fenómeno.

El otro día, mientras estaba bajo un episodio de dolor y tenía la imagen de los aviones en mi cabeza descubrí de pronto la causa y hasta ideé una posible solución. La causa es un poco vergonzosa, pero puede resumirse de forma sencilla: no entiendo cómo y por qué pueden volar los aviones. Es decir, puedo ver planos y piezas, o hasta repetir diversas explicaciones técnicas, pero en el fondo el verlos atravesar el cielo es, para mí al menos, algo totalmente ilógico. Y el aceptar eso que no comprendo… tolerar ese absurdo, digamos, es sin duda lo que me produce dolor. Y claro, lo mismo me ocurre con otras situaciones o fenómenos que no comprendo y que me ahorraré ahora nombrar acá, para no robar más tiempo al posible lector.

Respecto a la solución que ideé, ciertamente es tan sencilla como la causa: para que el dolor desaparezca debo imaginar que el avión cae. Así de simple. Estrellarlo en el suelo apenas lo vea -o imagine- volar y todo debiese volver a funcionar correctamente. Esa es mi hipótesis, al menos. Ahora debo probarla, es cierto, pero algo me dice que he dado con la tecla correcta y ya me siento, a priori, un poco más aliviado. Si llego a comprobar su eficacia, les cuento.

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